El objetivo es concienciar del compromiso en la asistencia y escuchar las necesidades de los destinatarios de estos servicios, así como de elaborar un plan estratégico
La residencia de San Juan de Dios de Antequera reúne, desde ayer y hasta mañana, a medio centenar de profesionales de servicios de Atención Espiritual y Religiosa de los centros de atención a la persona mayor de la Orden Hospitalaria en Jerez, Granada, Sevilla, Málaga, Madrid, Ciempozuelos y Barcelona. Se trata de un encuentro cuyo objetivo es concienciar del compromiso en la asistencia y escuchar las necesidades de los destinatarios de estos servicios, así como de elaborar un plan estratégico.
A la inauguración de la cita, denominada ‘El acompañamiento espiritual de las personas mayores’, ha acudido el Hermano superior de la Orden en Málaga y director del departamento del área de Espiritualidad en la Provincia de España, Luis Valero, así como el director gerente de los centros de Málaga, José Luis Fuentes. Han estado acompañados por el Teniente de alcalde del Ayuntamiento de Antequera, Alberto Arana, y por la concejala de Mayores, María Sierras.
En la primera jornada se trataron los “Retos en la atención al mayor en los centros de la Orden Hospitalaria”, a cargo de Cristina Molina. En el día de hoy, se han abordado los “Aspectos espirituales que cobran importancia en la edad avanzada”, con una mesa moderada por Norka Risso en la que también han participado residentes y familiares; “Demencias y deterioro cognitivo”, por parte de Ana Belén García; y se ha hecho el trabajo en grupo “Laboratorio de ideas: acciones diseñados para la atención espiritual y religiosa en las personas mayores”.
El Hermano Valero señala que, en una sociedad que se va haciendo cada vez más de mayor, “es importante la formación básica en espiritualidad para el personal asistencial, además de procurar espacios y tiempos para la oración, el silencio o la meditación, y facilitar las celebraciones religiosas específicas según sus capacidades. Y sobre todo una escucha activa y un acompañamiento emocional”, agrega.
“En esta experiencia profunda y compleja, el acompañamiento espiritual y religioso puede jugar un papel muy importante, pero no solo desde aquí ha de ser acompañado, sino que es necesario un acercamiento integral y holístico, en el que todos los profesionales trabajemos desde nuestro propio ámbito esta realidad”, afirma Luis Valero.
Durante estas jornadas, se abordará especialmente el cuidado espiritual y religioso, así como la dignidad. En palabras de Luis Valero, los Servicios de Acompañamiento Espiritual y Religioso (SAER) de que dispone la Orden en toda España, proporcionan este apoyo de la etapa del final de sus vidas para que puedan vivirla como una fase de plenitud. “Los cuidados espiritual y religioso se sitúan en el ámbito del sentido de vida: ayudan a integrar la historia personal, a aceptar pérdidas y encontrar paz desde un prisma meramente espiritual; en el caso en el que también la experiencia religiosa esté presente, la dinámica es la misma solo que desde la fe, algo que la mayoría han vivido. Desde aquí han de ir cerrando heridas del pasado y vivir serenamente los años que aún tienen por delante”, apunta.
En lo que respecta a la soledad no deseada, explica que en las residencias de mayores de San Juan de Dios en España se trabaja en este concepto diferenciando entre soledad percibida y real. “En esta experiencia profunda y compleja, el acompañamiento espiritual y religioso puede jugar un papel muy importante, pero no solo desde aquí ha de ser acompañado, sino que es necesario un acercamiento integral y holístico, en el que todos los profesionales trabajemos desde nuestro propio ámbito esta realidad”, advierte Luis Valero.
Los servicios SAER no son ajenos a las dificultades de los residentes y a su deterioro cognitivo, aspecto que también abordarán en las jornadas dada su complejidad. “El abordaje del cuidado espiritual y religioso siempre es posible. Esto no quiere decir que en esta situación sea fácil, puesto que no sabemos qué viven en el fondo de esas vidas ya sin relación aparente con el medio. Pero tenemos dos aspectos que nos posibilitan el acercamiento: en primer lugar, es fundamental saber su trayectoria de fe a lo largo de la vida, así, aunque no sean conscientes, intuimos que no es algo que esté en contra de sus principios. En segundo lugar, la fuerza de la gracia de Dios que sigue haciéndose presente en estos momentos y siempre el cariño, el cuidado y el amor por la persona, que siempre mantiene su dignidad de ser humano aún en estas circunstancias”.
De este modo, alude al papel de las familias, igualmente imprescindible en situación de ingreso en residencia. “La familia es lo que al final queda cuando todo se va perdiendo, el afecto y la cercanía emocional de los suyos se mantiene vivo, asegurando el sentido de pertenencia que es tan importante en la vida. Es una relación que ellos continuamente necesitan y ansían, por lo que es fundamental que los hijos puedan tener un protagonismo especial en el cuidado de sus mayores, consiguiendo que se impliquen en los cuidados que su padres o seres queridos están recibiendo”, apunta.